sábado, 7 de abril de 2012

William Walker en Nicaragua.


William Walker (Nashville, Tennessee, Estados Unidos, 8 de mayo de 1824 - Trujillo, Honduras, 12 de septiembre de 1860) fue un médico, abogado, periodista y político estadounidense. Es el más reconocido de los denominados «filibusteros» del siglo XIX. En México intentó conquistar los territorios de Sonora y Baja California, lo que lo llevó a fundar una «república» que terminó en fracaso.

En agosto de 1855, Nicaragua se debatía en una larga guerra civil entre liberales y conservadores,  cuando un americano llamado Byron Cole se presentó á uno de los dos presidentes que defendían su condición, el liberal Castellón,  con un proyecto original. Cole, que había sido antes editor en Boston, era á la sazón propietario del periódico que dirigía en San Francisco el expresidente de Sonora, William Walker. La fe que tenía en el genio militar de su editor, no había sido en nada disminuida por el terrible fracaso de la expedición á Sonora. Habiéndose presentado en el campo de los demócratas cuando ya los triunfos del primer momento se iban desvaneciendo y había sido preciso levantar el largo sitio de Granada, sin esperanza de tomar la ciudad, la proposición de Cole fué acogida con entusiasmo por Castellón y sus partidarios.

El plan de Cole para traer al país un contingente americano formidable en apoyo de la causa demócrata, surgió en momentos en que la ayuda extranjera no podía ser mejor acogida. Los aliados hondureños de Castellón habían sido llamados repentinamente para repeler una invasión de Guatemala á su país. Los serviles, posesionados del lago y del río. se aproximaban lentamente, pero con paso firme á León. Los refuerzos que los leoneses pudieran recibir de los estados demócratas vecinos, los necesitaban éstos en su propia casa para defenderse de sus enemigos los aristócratas y también contra las astutas intrigas de agentes europeos, que siempre estaban alerta. Así fué que Byron Cole, en octubre de 1854, celebró un contrato con el gobierno de Castellón para reforzar el ejército demócrata con trescientos americanos, en calidad de "colonos sujetos al servicio militar." Estos colonos tenían derecho á una concesión de 52,000 acres de tierra y gozaban del privilegio de naturalizarse mediante una declaratoria formal en este sentido.

Wálker sometió el contrato, redactado en forma legal, á la autoridad civil y militar de San Francisco, y tuvo la satisfacción de saber que en nada violaba las leyes del país  en materia de neutralidad. El general Wool, el mismo á quien Wálker se había rendido á su regreso de Sonora, se declaró satisfecho; el fiscal del distrito no le puso ninguna tacha; pero todos sabían en San Francisco que Wálker se preparaba á colonizar á Nicaragua con filibusteros y sonreían maliciosamente al oir hablar de aquel proyecto ficticio de colonización pacífica.

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