

Las razones que esgrimen los libetarios sobre el hecho soy difusas. Lo cierto del caso es que tratándose de un asunto de concesiones, es un asunto sobre todo económico; es decir, se tratan de transacciones económicas; las concesiones son e implican una capacidad y una posibilidad para explotar algo en favor del explotador, aunque sea un servicio público, media una ganancia (las carreteras actualmente se hacen mediante concesión, como la nueva a Caldera y quien gana en ello es Autopistas del Sol, que construyó la carretera). Así las cosas, implica también un asunto de capital, en términos de capacidad operativa, así las cosas, áquel que tenga esta capacidad se le asignará la concesión y no a áquel o a áquellos que verdaderamente lo necesiten.
Por otro lado, los llamados sectores sociales impulsan esta ley que abriga las concesiones, sin embargo; no caen en la cuenta de que proyectos de este tipo han sido promovidos por agentes que han buscado un protagonismo determinado, aduciendo que se realizaron en consulta continua con las comunidades y organizaciones, pero que sin embargo no logran convocar o movilizar a los participantes, supuestamente empoderados y conscientes del proyecto, es decir, parece que fueron fantasmas los que participaron. Igualmente, se impulsa una forma de concesiones en este marco y en este contexto.
Es muy tarde para pedirles a los políticos que dejen de pensar en sus intereses creados. Esa es su naturaleza, su leif motiv. En su vanidad creen tener la razón, en su egocentrismos se creen y se tornan mesías, fantasean con heroismos, y se muestran grandilocuentes: se ponen a repartir botellas de Coca Cola como sí nunca se hubieran tomado alguna, o hacen alianzas entre quienes se mostraron acérrimos enemigos a muerte durante la campaña. La fórmula del agua es tan simple. Dos partículas de Hidrógeno y una de Oxígeno. Eso es lo que deben preservar política y socialmente para las futuras generaciones. Para que cada niño, después de jugar y saltar, tenga derecho a tomar toda al agua que desee. Para que cada ser humano bajo "este límpido y azul" cielo tenga su parcelita de agua, como se tiene su parcela de aire, muy a pesar de muchos.
Timoratos, la solución es simple y llana. Déjense de pendejadas y mentiras, de politiquería y de jugar con los intereses ajenos. Tengan un poco de vergüenza y resuelvan esto de una buena vez, o es que las vacaciones que se autorecetaron sin si quiera tener tres meses de trabajar les es suficiente.
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