Transeúntes Negros
En la sombra descienden tristezas infinitas
Transeúntes oscuros recorren la penumbra.
Manos fantasmas hieren esas vidas divinas,
tiembla la sangre en ellos acercando su llama,
y un hálito salvaje a sus almas se anuda.
---ooo---
Bajo su cáliz llueve y tiembla la esperanza
y en las puertas se espesa la humedad de las manos.
Dios se aleja en silencio -ebrio de fuegos vivos-
y sólo quedan huellas vellosas en el barro.
---ooo---
Es que en la sombra tiembla y respira la muerte
con una cercanía que casi es dolorosa.
En su humedad estrecha es más oscuro el llanto,
hierven en su vehemencia los recuerdos desnudos,
y son más espumosos los sueños de la boca.
---ooo---
Con el cuerpo delgado, caminan en la hierba
los traseúntes negros -el dolor en el nervio-;
Chasquean su doliente perenigraje absurdo
bordeando la tristeza viscosa del silencio.
---ooo---
La sombra es siempre torva para ellos, si pasan.
Buscándolos, ha tiempos maduró su tristeza...
Y han de seguir en ella de curva en curva -blandos-,
con el llanto goteándoles en dolientes preguntas,
con el amor fluyéndoles dulcemente a la tierra.
36
Tengo triste la boca. El cuerpo. Todo.
En la sombra descienden tristezas infinitas
Transeúntes oscuros recorren la penumbra.
Manos fantasmas hieren esas vidas divinas,
tiembla la sangre en ellos acercando su llama,
y un hálito salvaje a sus almas se anuda.
---ooo---
Bajo su cáliz llueve y tiembla la esperanza
y en las puertas se espesa la humedad de las manos.
Dios se aleja en silencio -ebrio de fuegos vivos-
y sólo quedan huellas vellosas en el barro.
---ooo---
Es que en la sombra tiembla y respira la muerte
con una cercanía que casi es dolorosa.
En su humedad estrecha es más oscuro el llanto,
hierven en su vehemencia los recuerdos desnudos,
y son más espumosos los sueños de la boca.
---ooo---
Con el cuerpo delgado, caminan en la hierba
los traseúntes negros -el dolor en el nervio-;
Chasquean su doliente perenigraje absurdo
bordeando la tristeza viscosa del silencio.
---ooo---
La sombra es siempre torva para ellos, si pasan.
Buscándolos, ha tiempos maduró su tristeza...
Y han de seguir en ella de curva en curva -blandos-,
con el llanto goteándoles en dolientes preguntas,
con el amor fluyéndoles dulcemente a la tierra.
36
Tengo triste la boca. El cuerpo. Todo.
Nada cambia en la tierra sin embargo.
El lodo amarillento siempre es lodo
y el camino mas largo es el más largo.
Duele mucho encontrarse uno tan triste
y que nada comparta la tristeza...
Parece que la voz no nos existe
para escupir todo esto que nos pesa.
Uno mira la tierra y le parece
que se ha vuelto estropajo de agonía.
Que todo, hasta la vida palidece...
Sin embargo uno sabe que no existe
sino lo que ha existido día con día...
Y entonces es más triste el estar triste!
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