sábado, 27 de junio de 2009

Three Dog Night

Un tema que me atrajo desde que lo escuché por primera vez, en una versión de Aimmee Mann, como parte del soundtrack de la película Magnolia, con la actuación de Tom Cruise y dirigida por Paul Anderson, fue ONE; original del grupo Three Dog Night. Esta es otra de las emblemáticas bandas del rock setentero. Sobre este grupo aparece la siguiente reseña en la página de Radio Dos, emisora costarricense de oldies. Tanto la versión original como el cover interpetado por Mann son excelente. La película, igualmente es de lo mejor filmado por Cruise.
Aunque el origen del nombre es lo que más le preguntan a los ex integrantes de la banda, es quizás una de las menos relevantes para un grupo que entre 1969 y 1970 tuvo la mayor cantidad de canciones en el Top 10, vendió discos como nadie y llenó todas sus presentaciones. El espectáculo de la banda era meramente presencial. De hecho la demanda por sus conciertos era tal que prácticamente inventaron la forma moderna de hacer giras. Aunque en Costa Rica no tienen el renombre de otras bandas como Queen, Rolling Stones o Led Zeppelin; Three Dog Night es probablemente una de las agrupaciones más importantes que produjo Estados Unidos durante los años setenta. Su influencia en la escena musical es innegable. 21 temas entre las 40 más populares, 11 en el Top 10, 3 número 1, 7 sencillos que vendieron más de un millón de copias, 12 discos de oro consecutivos por sus LPs. Para finales de 1975 habían vendido 50 millones de copias y hoy día pueden superar los 85 millones de copias. Lo que hacía que los discos se vendieran de tal forma era el hecho de que el grupo no tenía una voz que se pudiera llamar líder, eran varias. Esto provocaba un sonido de harmónicos, que aunque diferente al sonido California de los 60, producía el mismo efecto de alegría y fuerza en las grabaciones. Por otra parte el sonido pop rock, que gradualmente se convirtió en pop, se mezcló con temáticas propias de los hippies como "Joy to The World" y "Black or White". Otro ingrediente fue la habilidad de reconocer que ellos no eran compositores y que necesitaban hacer "cover" de compositores buenos. Finalmente la fórmula se completaba con la naturalidad y espontaneidad de quiénes disfrutaban lo que hacían.

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