lunes, 8 de marzo de 2010

La Región Pérdida -Vida, Muerte y MIto del Dr. R. Moreno Cañas-

Andrés Heindenreich dirige esta película, en la que participa de varias maneras, incluyendo la formulación del guión.  El resultado final de su trabajo implicó también una forma de resolver el problema que implica abordar la historia del Dr. Ricardo Moreno Cañas.  Ínfluenciado altamente por el medio académico costarricense, Heinrich resuelve contar la historia integrando un thriller con el género documental.  La idea de una película con carácter de suspenso-terror sobre la filmación de un documental al que rodean extrañas circunstancias no es, para nada, mala.  Sin embargo, la película-documental, pierde dinámica.  La dinámica de una ´"película" y la dinámica de un "documental" son diferentes; y su integración no parece del todo bien lograda aunque sin duda no parece tan lejana la posibildad de realizarlo.  Algunas actuaciones son algo flojitas y esto es quizá un problema de dirección, al menos así nos parece, y cuyo ejemplo en un caso muy concreto lo constituye Rocío Carranza quien no fue suficientemente exigida pues sin duda puede dar mucho más.  Interesantísima la propuesta analítica en cuanto a que el asesino del Dr. Ricardo Moreno Cañas, Beltrán Cortés,  no actuó sólo, y los cuestionamientos en este sentido al libro homónimo de Eduardo Oconitrillo, quien se basa en los documentos del proceso judicial para afirmar que no se encontraron pruebas, ni en áquel momento ni después, de la participación de otra persona el día en que el Dr. Moreno Cañas fue asesinado, así como de la existencia de razones políticas para ejecutar este acto, a pesar de que hay indicios fehacientes de las intrigas, los comentarios alentadores y las personas que rodearon a Cortés antes de realizar el acto.  La idea de un acompañante surge de un recuerdo infantil de la hija del Doctor, doña Graciela Moreno, quien afirmó que aquella noche, vio salir no uno, sino dos hombres corriendo después de escuchar los disparos.  Aquél hombre nunca se le olvidaría, y es la base y el aporte de esta película en cuanto a este sensacional episodio de la historia costarricense, que se convirtió en un mito negándose a olvidar a su protagónica víctima.  En efecto, la película plantea la posibilidad de influenciar desde algunas esferas la inspección judicial, así como el proceso en sí mismo.  Pierde profundidad en el análisis de las causas políticas y pierde intensidad ante los múltiples aspectos que presenta y pretende abarcar.   Rescata de forma ejemplar la creación del mito e ilustra de forma excelente la religiosidad y el aúrea milagrosa que creó en vida este excepcional médico y político costarricense, y el cuál trascendió su muerte y se intensificó con el tiempo, siendo protagonista de milagros inmensos y verdaderamente increíbles ante los cuales la Iglesisa Católica costarricense calla e ignora.  Vale la pena ver esta película documental.


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